En un colegio había un niño muy listo al que le encantaba la ciencia pero lo que más deseaba en el mundo era poder ir al espacio y ver a los marcianos.
Cuando el niño,que se llamaba Juan, les decía a los niños y niñas de la clase que el iba a ser astronauta y que iba a ver a los marcianos todo se reían de él. Un día llegaron una niña que se llamaba Claudia y otro niño que se llamaba Lucas. Al principio Juan no les quiso hablar pero una mañana tuvo valor y les preguntó cómo se llamaban, que les gustaba hacer…
Al final descubrieron que tenían mucho en común y se llamaron…
¡¡¡Los 3 y la ciencia!!!
Cuando fueron mayores seguían queriendo ir al espacio, pero no lo conseguían.
Un día, al comprar el periódico, Claudia vio que había un concurso de ciencia y si ganabas podías ir al espacio. Rápidamente se lo enseñó a Juan y a Lucas, se fueron al concurso y todos juntos ganaron.
Ya llego el día en el que se iban al espacio ¡estaban super nerviosos!
Se metieron en el cohete y se pusieron los trajes. ninguno de ellos se lo podía creer. Llegaron a Marte muy contentos y estuvieron buscando a los marcianos un montón de tiempo pero ni rastro.
Al final todos se rindieron y Juan dijo:

– Toda mi vida pensando que los marcianos si existen, pero no existen. Todos los niños de mi clase tenían razón-

– Es verdad- respondieron Lucas y Claudia.
Entonces, de repente, salieron unos ¡¡¡marcianos!!!
Los niños y los marcianos se hicieron amigos y los niños les ayudaron a descubrir cosas sobre la ciencia.
Los marcianos le dijeron a los niños que nunca les dijeran a los hombres que existen.
Al final los niños volvieron a la tierra muy contentos.